Gestión TI de entornos de trabajo híbridos: claves y desafíos para el CIO  – Cyber Tech

Óscar Pallisa, CIO de la aseguradora Zurich en España, compañía ganadora del Premio al Mejor proyecto de transformación del puesto de trabajo en los últimos CIO 100 Awards España, profundiza en esta última concept. Pallisa considera que, en ese primer momento de tener que implementar trabajo a distancia por el imperativo de la pandemia “existió cierto miedo a que este modelo pudiera tener un impacto negativo en productividad, al entender que tendríamos más dificultad en mantener alta la ethical y el compromiso de los colaboradores y que estos pudieran sentirse aislados trabajando desde casa”. En esto resultó clave “disponer de métodos efectivos para evaluar el desempeño y la productividad de los empleados que trabajan de forma remota”. Para el CIO de Zurich, “el trabajo híbrido requiere una combinación de estrategias tecnológicas, culturales y organizativas”. Dentro de la primera categoría, “el desafío principal radica en entender que ‘la última milla’ que utilizan nuestros colaboradores está fuera de la infraestructura y servicios que gestionamos desde el departamento”.  

En las estrategias culturales y organizativas de las que habla Pallisa entraría el problema de mantener la cohesión que citaba García y que también es uno de los retos para David Marimón, vicepresidente y CIO de Coca-Cola Europacific Companions. “Nunca vas a sustituir el estar sentado en un puesto y compartir espacio con las personas. Hay que fomentar esas interacciones con la compañía para que la persona se sienta inmersa”. Su perspectiva es que “un cierto contacto relacional tiene que existir. Desde mi punto de vista, si eso lo matas, la vinculación del trabajador con la compañía, con el proyecto, es muy difícil de obtener”. ¿El secreto del éxito en la gestión de entornos híbridos? “Darle naturalidad”, señala. “Creerte que el trabajo híbrido es algo beneficioso”. Para esto, “hay que hacer un ejercicio no de ver sino de creer, dando independencia a la persona y evaluando los resultados más que las horas”. Esto conlleva la necesidad de que la plantilla tenga muy claros los canales, protocolos y frecuencias para que haya el contacto oportuno. “También es importante el well-being de la persona. Hay que ocuparse de su bienestar psicológico y físico”. 

Mención aparte merece la influencia de la disaster de la COVID-19 en el sector académico. En IE College, la pandemia les pilló con parte de la evolución a remoto ya hecha, ya que acababan de implementar un piloto de teletrabajo. Además, por su relación con una institución de Milán, donde el cierre fue un mes antes, previeron que iba a darse una situación related en España. Así lo explica su CIO, Carlos Garriga, para quien fue también positivo que ya desde hacía años la organización realizase cursos on-line. En su caso, al tratarse de una institución educativa, uno de los grandes retos fue la adaptación de las aulas, que se hizo precisamente en un momento de mudanza a un nuevo espacio. “No teníamos las aulas pensadas y diseñadas para para dar clase presencial y con una proporción de alumnos simultáneamente on-line”. Esto supuso la introducción de más cámaras, de monitores para proyectar al estudiantado en remoto y, el gran desafío, el sonido. “Que no te pierdas el sonido de una pregunta, si hay bullicio de clase… Cada aula tiene un dispositivo de microfonía bastante sofisticado. Nos llevó bastante tiempo y tuvimos que hacer bastantes ajustes”. Resume el impacto de la pandemia: “Para mí esto ha sido un acelerador de un cambio sociocultural que se estaba larvando. Ha sido una especie de catalizador”.  

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